MÁRCATE UN OBJETIVO A LA HORA DE HACER PUZZLES
Este consejo, que parece de perogrullo, se dirige más al fomento de la constancia en el desempeño de la afición, que la satisfacción de ver cómo vas sumando retos conseguidos que estás tachando de tu lista puzzlera de pendientes. A casi todos los aficionados puzzleros de largo recorrido nos ha pasado que, tras años de constancia armando rompecabezas, de repente cambian nuestros objetivos a corto plazo y la afición se ve desplazada irremediablemente al baúl de los recuerdos.
Más o menos casi todos empezamos a armar puzzles cuando éramos niños o adolescentes, resulta que en un año dado se dispararon las hormonas por la "edad del pavo" y evidentemente andar persiguiendo especímenes del sexo opuesto pasó a ocupar un lugar mucho más importante que encajar piezas. A otros, los estudios universitarios, la primera salida bestia de la zona de confort, les cogieron con el pie cambiado y se dieron cuenta que entre práctica, examen, horas en el bar o fiestas universitarias, no iban a poder siquiera montar un puzzle de 1000 piezas con regularidad. A algunos la paternidad les aplazó la afición. A otros, una vida laboral estresante.
En todos los casos, perdóname que te diga, fueron los propios puzzleros los responsables de dejar la afición. No las primeras incursiones al sexo, ni las telecogrescas, los bebés o el jefe pesado. El día tiene 24 horas para todos, desde Bill Gates, pasando por Cristiano Ronaldo y acabando en el propietario del bar de abajo o en el camarero en prácticas que te sirve el café esperando alguna propina. Aprovecharlas o no es culpa nuestra. Por ello, este abandono de la afición de puzzlear habría tenido un muy fácil antídoto: reservarse un tiempo al día para ponerse delante de un montón de piezas. No tienes que meterte muchas horas en absoluto, yo creo que con una hora hay suficiente. Eso significan 7 horas semanales y si cuentas que el fin de semana tienes más tiempo libre, las puedes redondear hasta las 10. Multiplica esas diez horas por las 52 semanas anuales y te salen 520 horas, lo que duran dos masters o postgrados. En 520 horas un montador experto te arma 100 puzzles de 1000 piezas, 35 puzzles de 2000, 15 de 3000; y si le van los gigantes, puede acabarse dos o tres cincomiles al año, y un mastodonte de 24000. Ahora haz las cuentas y multiplica esa dedicación diaria de rebajas (¿cuánto tiempo perdemos mirando al móvil?) por varias décadas...
Muchos aficionados se iniciaron en el mundo de los puzzles en el primer confinamiento que se decretó en España en Marzo de 2020. Lo que fue al principio un recurso como otro cualquiera, situado similarmente en importancia a resolver enigmas en cadenas de WhatsApp o engancharse a series de Netflix, floreció a medida que nos íbamos acercando a las semanas de la desescalada, y nunca volvieron a dejarlo. Otros aficionados de largo recorrido que habían interrumpido su relación con los puzzles, la recuperaron aprovechando que no podían salir de casa. De ahí los problemas de abastecimiento de las tiendas de puzzles y que los fabricantes no dieran abasto.
Yo te propongo que dediques un ratito al día a armar puzzles. De forma constante. sin dejarlo un solo día, salvo que sea imprescindible. El marcarse hábitos es la mejor manera de que la afición no se te diluya pensando en otras cosas que quizás, pese a ser más importantes indudablemente, no te aportan tanto personalmente como encajar piezas. ¡Piénsalo!
Alejandro Darias Mateos
Autor del libro "La Fiesta del Puzzle". Puedes comprarlo aquí.